Cuando nieva, ¿es recomendable usar gafas de sol?

En plena temporada de nevadas, los conductores pueden enfrentarse a situaciones peligrosas durante trayectos más o menos largos. Y más durante los fines de semana y jornadas festivas, porque se incrementan los desplazamientos por carretera.

Una de las dudas habituales que les surgen a miles de personas cuando nieva es si conviene o no usar gafas de sol mientras conducen. Para empezar, hay que tener en cuenta un detalle no menor: el 70% de las gafas de sol que se venden en España no cumplen la normativa sanitaria de seguridad y calidad, según datos de un informe divulgado el año pasado.

Por todo ello, estos son nuestros consejos a la hora de decidirte en un contexto como el antes indicado:

1- Busca unas gafas de sol asesorado por profesionales

El mencionado estudio señala que tres de cada diez gafas de sol vendidas en nuestro país provienen de los llamados ‘top manta’, tiendas asiáticas o de bisutería. El 20% de los conductores nunca usa gafas de sol al conducir, aunque el 5% de los accidentes suceden por deslumbramiento en horas crepusculares (al amanecer o al atardecer).

En concreto, el 20% de los siniestros responden a colisiones frontales o alcances y el 16% a salidas de la calzada. De este modo, siempre es conveniente acudir a ópticas reconocidas para consultar a profesionales, quienes te asesorarán sobre qué gafas comprarte para conducir en zonas con frecuentes nevadas en invierno.

2- Utilízalas para evitar el efecto reflectante de la nieve

Mientras está nevando la visibilidad del conductor se dificulta, de manera inevitable, por lo que debemos adoptar todas las medidas preventivas posibles.

En días soleados, asimismo, al conducir deberemos utilizar gafas polarizadas para evitar el reflejo de los rayos solares en áreas que permanezcan nevadas. Este no es un tema en absoluto menor: la nieve es uno de los más potentes reflectantes en el planeta.

Refleja cerca de un 80% de la luz solar, mientras que la arena refleja entre un 10% y un 25% y el agua, un 20%. Si no llevamos gafas de sol, este efecto reflectante puede resultar tremendamente molesto para los conductores, y también peligroso.

3- Las gafas de sol en paisajes nevados previenen la queratitis solar

La queratitis solar es una inflamación de la córnea (la parte más anterior del ojo). Puede ocasionarse por agentes físicos y orgánicos.

La exposición en exceso a la radiación ultravioleta (típica en el esquí o el montañismo, debido al efecto reflectante de la nieve) también puede padecerse si nos exponemos durante más de dos horas al conducir en paisajes nevados, principalmente en trayectos largos.

En la queratitis solar, los síntomas suelen ser bilaterales y no aparecen inmediatamente tras la exposición a la luz, sino en un período posterior de entre 6 y 12 horas. Se caracterizan por dolor, ojo rojo, lagrimeo y dificultad para abrir los ojos por intolerancia a la luz.

De este modo, si llevamos las gafas de sol adecuadas, evitaremos este cuadro.

4- Todos los ocupantes del vehículo deben ir con esta protección

Si la protección deficiente de la vista en ambientes cotidianos puede causar serias complicaciones, imagínate lo que puede pasar cuando te expones a paisajes tapizados de nieve…

Las radiaciones ultravioletas aumentan más en trayectos de montaña (un 10% cada 100 metros de altura, debido, en parte, a la disminución de la absorción atmosférica).

Por ello todos los ocupantes del vehículo -sin excepción- deben usar gafas de sol homologadas como una manera eficaz de protección para la vista. Cuando se trata de niños o adolescentes, debemos tener el doble de cuidado si viajamos con ellos por lugares con nieve.

Recuerda que sus ojos aún no están formados del todo y deben durarles toda la vida.

5- Evitar la llamada ‘ceguera de la nieve’

Si no usas las gafas de sol adecuadas al desplazarte en paisajes con nieve, tendrás mayor probabilidad de sufrir otras lesiones oculares propias de los paisajes nevados.

La denominada ‘ceguera de la nieve’ suele aparecer a las 4 o 6 horas posteriores a la exposición al sol por tiempos prolongados. Se revela, entre otros síntomas, por la sensación de tener un cuerpo extraño dentro del ojo.

Los especialistas señalan que bastan como mínimo 2 horas de exposición a los rayos ultravioleta sin protección para desarrollar la ceguera de la nieve.

6- Son clave para los conductores de más de 45 años

Una exposición exagerada a las radiaciones ultravioletas puede contribuir a desencadenar otras lesiones de la vista, que no son inmediatas, pero sí acumulativas. Esto quiere decir que pueden aparecer a medio o largo plazo cuando una persona no se protegió como debía -con gafas de sol-, en paisajes de nieve.

En el caso de las cataratas, una protección deficiente puede acelerar su aparición, especialmente en personas de más de 45 años.

La exposición a este tipo de rayos también puede provocar lesiones en la retina o degeneración macular.

7- Ajústate a los niveles fijados por la CE para filtrar la luz

Para conducir cuando nieva son recomendables las gafas de sol polarizadas y de color gris. Los cristales polarizados reducen los deslumbramientos, eliminan los brillos y ofrecen un mayor contraste en carretera.

Según la legislación europea, las gafas de sol tienen 5 niveles o categorías (del 0 al 4), según su capacidad de filtrar la luz. El 0 es el de gafas muy claras (aptas para interior o cielos cubiertos).

El 1 corresponde a gafas ligeramente coloreadas (ideales para luminosidad solar ligera, de ciudad).

El 2 es el de gafas medianamente coloreadas (luminosidad solar mediana).

El 3 corresponde a las gafas muy coloreadas (luminosidad solar fuerte -playa y montaña-).

El 4, a gafas muy oscuras (luminosidad extrema -esquí y alta montaña-).

Los niveles 2 y 3 son los más adecuados para la conducción en paisajes con nieve. Además, hay que tener en cuenta que las gafas y lentes polarizadas ofrecen imágenes más nítidas y sortean los reflejos. Por lo tanto, nos ayudan a evitar la fatiga visual.

8- A pesar de no ser obligatorias, conviene buscar las de máxima calidad

El Reglamento General de Circulación solo obliga al uso de gafas de sol -en este caso, graduadas- en conductores con problemas de visión que les obliguen a llevar gafas siempre.

Si bien el resto de personas no está obligado a hacerlo, conviene que las lleven. Buscar el distintivo de los controles de calidad de la CE y el filtro contra el sol concreto de cada modelo es una garantía de que estamos comprando unas gafas de sol que realmente nos protegerán durante la conducción.

9- Navegador ‘invisible’: ten cuidado con los efectos ‘colaterales’

Como hemos visto, los beneficios de llevar puestas gafas de sol al conducir si nieva o en lugares nevados son muchos. Pero, al mismo tiempo, pueden provocar algunos efectos no deseados que debemos evitar.

Por ejemplo, es común que el navegador de tu coche, o alguna pantalla indicadora, se conviertan en ‘invisibles’ cuando tienes las gafas de sol puestas. Es decir, que el nivel de intensidad de la polarización de los cristales nos impida ver adecuadamente el cuadro de mandos al conducir.

En todo caso, en una óptica especializada te asesorarán correctamente sobre el tipo de gafa que mejor se adapta a tu uso.