En España hay 25.584.719 conductores de turismos censados con permiso tipo B y B+E, según datos de la DGT. De esa cifra, el 13,6% se sitúan en la franja de edad comprendida entre los dieciocho y los treinta años. Solo el 27% de los aspirantes aprueba el examen práctico a la primera, lo que evidencia que conducir no es nada sencillo.
Una vez que obtienen el carné, a los conductores novatos les llega la hora crucial y tan esperada de desenvolverse en el escenario ‘real’: las calles de una ciudad, sin la compañía del profesor de autoescuela. Esos momentos suelen ser inolvidables, repletos de adrenalina y emoción. Pero también es probable que la falta de experiencia provoque nerviosismo y errores en la conducción. Estos son algunos de los más frecuentes de los conductores noveles.
Contenido del Artículo
- 1 Fuerza las marchas
- 2 Tiene muy poca confianza en sí mismo… o demasiada
- 3 No percibe el peligro de usar el móvil mientras conduce
- 4 Es imprudente ante condiciones climatológicas adversas
- 5 No mantiene el vehículo como debe
- 6 No mantiene las distancias adecuadas de seguridad
- 7 Se ‘pierde’ ante el cuadro de mandos
- 8 Desconoce la dimensión de su coche
- 9 Realiza una mala elección de vehículo nuevo
- 10 Se distrae con facilidad
- 11 Reacciona inadecuadamente ante imprevistos
Fuerza las marchas
Un novato, en los primeros tiempos como conductor, suele utilizar el automóvil que sus familiares le prestan, o ‘heredar’ el de alguno de ellos. Otra opción es comprar un vehículo de segunda mano. Pero hasta ‘familiarizarse’ con éstos, es común que fuerce los cambios de marcha, se cale o se den tirones.
Tiene muy poca confianza en sí mismo… o demasiada
A la hora de conducir, el novato suele tener un exceso o falta de confianza, que provoca errores. El exceso de confianza hace que no sea precavido ni preste atención suficiente a las señales de tráfico. También, en muchos casos, que circule a una velocidad más alta de la permitida. En el extremo opuesto, la falta de confianza provoca que se sienta atenazado por los nervios. De este modo, suele conducir de manera insegura y en ocasiones muy lenta, lo que ocasiona ciertas molestias al resto de conductores.
No percibe el peligro de usar el móvil mientras conduce
La falta de experiencia genera que un conductor novato no perciba realmente el peligro que supone utilizar el móvil mientras se conduce. Los jóvenes pertenecen a una generación hiperconectada a lo digital. Suelen estar enganchados en todo momento a sus aparatos. No dimensionar las consecuencias que esto puede acarrear para su integridad y la de terceros es realmente serio… y grave.
Es imprudente ante condiciones climatológicas adversas
Un novato tampoco suele ‘medir’ los riesgos cuando decide conducir en días con fuertes lluvias o vientos. Su poco ‘rodaje’ en las calles y carreteras hace que conduzca del mismo modo que en una jornada apacible o soleada. Es decir, que no extreme las precauciones ni sepa bien qué hacer en caso de aquaplaning, por ejemplo.
No mantiene el vehículo como debe
Un conductor novel no suele ser consciente tampoco de la importancia que tiene el mantenimiento de un coche. Para evitar accidentes el estado del vehículo ha de ser perfecto. Revisar periódicamente los niveles de aceite, el líquido de frenos, el anticongelante y la presión de las ruedas, es fundamental, pero muchos jóvenes no lo tienen en cuenta.
No mantiene las distancias adecuadas de seguridad
Un clásico del conductor novato es no mantener las distancias adecuadas de seguridad. Esto obedece muchas veces por su inexperiencia al volante. Mantener la distancia adecuada con el coche que nos precede es siempre importante, pero si circulamos por carretera o autopista a ciertas velocidades se convierte en una cuestión vital, ya que un frenazo imprevisto puede resultar fatal.
Se ‘pierde’ ante el cuadro de mandos
Acostumbrado al coche con el que realiza las prácticas en la autoescuela, es bastante frecuente que el conductor principiante se encuentre después un poco perdido ante el cuadro de mandos de su coche en la ‘vida real’, y en solitario, sin su profesor que le asista. Esto ocurre, principalmente, en sus primeros desplazamientos.
Desconoce la dimensión de su coche
El inexperto no suele tener claras las dimensiones del vehículo que maneja. Esto resulta especialmente problemático a la hora de aparcar en lugares estrechos. Puede ser la causa de algún que otro golpe o rayón en la pintura de la carrocería. Y un claro motivo de disgusto y enfado para propietarios de otros vehículos que ‘padecen’ esta situación.
Realiza una mala elección de vehículo nuevo
Como se explicó anteriormente, los novatos suelen utilizar coches cedidos por familiares o amigos, o compran vehículos de segunda mano, viejos, para realizar sus primeros kilómetros como conductores. La economía no permite a miles de jóvenes adquirir coches nuevos. Pero también están los que sí pueden permitírselo. Fijarse en cosas superfluas a la hora de la elección, en vez de priorizar lo realmente importante es un error frecuente. Por ejemplo, a muchos les seduce más la estética, que aspectos como la seguridad, la solidez de la carrocería, la garantía o la eficiencia.
Se distrae con facilidad
La distracción también es frecuente en el conductor novato. Muchas veces no repara en las señales de tráfico o de radares, por ejemplo, porque su mirada está centrada en los dispositivos tecnológicos que vienen incorporados a su vehículo. O desvía con facilidad su atención, cautivado por los gadgets del coche, en vez de estar concentrado y siempre con la vista al frente.
Reacciona inadecuadamente ante imprevistos
La falta de experiencia suele desencadenar también una reacción inadecuada del novato ante imprevistos. Por ejemplo, en caso de reventón de un neumático, un conductor avezado sabe que lo fundamental es mantener la calma y no tocar en ese momento el freno. Retira lentamente el pie del acelerador, mantiene firme el volante y gira para conservar recto el vehículo. El inexperto acostumbra a hacer todo lo contrario, por desconocimiento o nervios. Claro que de todos estos errores siempre se aprende. O eso debería ocurrir no solo en calles y carreteras, sino en cualquier orden de la vida.