10 recomendaciones para mantener bien tu vehículo en el Estado de Alarma

El Estado de Alarma rige en España desde mediados de marzo pasado, a consecuencia de la pandemia del coronavirus. Ya han pasado más de dos meses en los que miles de españoles no pueden utilizar sus vehículos privados de manera habitual, debido al confinamiento.

Quienes aún se encuentran en la fase 0 siguen sin poder hacerlo, salvo casos excepcionales. mientras otros (residentes en algunas comunidades autónomas) ya han entrado en la fase 1 de la desescalada. Esta medida les permite recuperar ciertos hábitos sociales y también conducir, en determinadas circunstancias.

Más allá de las fases distintas en las que se encuentren, las limitaciones en la movilidad han obligado a que los vehículos de casi todos los conductores permanezcan mucho tiempo detenidos. El parón obligado invita a no olvidar recomendaciones básicas, si queremos mantener bien conservados nuestros coches. Esto sirve para evitar problemas futuros y tenerlos listos para volver a las calles cuando el Gobierno lo permita. A continuación, estos son los consejos más importantes.

Claves para conservar adecuadamente los coches en esta situación excepcional

Baterías: cómo hacer para que no se descarguen

La prolongada inactividad de un coche puede pasarle factura a la batería. Sobre todo, si es antigua. La edad del componente es un factor importante para tener en cuenta. Lo mismo ocurre con la antigüedad del vehículo. Aunque esté parado, consume un mínimo de electricidad por los monitores y sensores, así como por la inercia química.

Un método eficaz para evitar que la batería se descargue es desconectar los bornes mientras dure el confinamiento. En algunos vehículos modernos, esto provocará que se desconfigure el sistema electrónico. Requerirá entonces introducir un código que se puede consultar en el manual del vehículo. Otra idea: si no podemos moverlo, lo encendemos poniendo la primera marcha y quitando el freno de mano. La carga óptima de la batería se hace a 2.000 RPM. Lo ideal sería encender el vehículo una vez por semana, ‘al ralentí’, para que así también entren en funcionamiento los elementos mecánicos.

Neumáticos: cómo evitar deformaciones

Lo más conveniente, siempre que se pueda, es mover el coche aunque sea unos centímetros cada semana. El objetivo es que no descanse siempre sobre la misma zona de la rueda. Esto ayuda a procurar que los neumáticos estén bien inflados, para evitar deformaciones. Es recomendable que tengan hasta un 25% más de presión, para que el propio peso del vehículo no los deforme. Y a la hora de volver a circular, cuando el Gobierno lo permita, tendremos que acordarnos de reestablecer la presión correcta.

Freno de mano: cómo impedir que se agarrote con el tiempo

Lo mejor es no utilizarlo, salvo que el vehículo haya quedado estacionado en pendiente. Al accionar el freno de mano se tensa un cable que frena el eje trasero, y si éste queda accionado mucho tiempo puede generar problemas al desactivarlo. Mejor es dejar una marcha puesta para inmovilizar el vehículo y, si es necesario, bloquear las ruedas mediante cuñas para mayor seguridad.

Combustible: cómo evitar que se formen sedimentos o condensaciones de agua

Nunca debes dejar el depósito de combustible vacío o en reserva, porque corre riesgos de deteriorarse. Hay que evitar que se formen sedimentos o condensación de agua (dañina sobre todo para los motores de gasóleo). Es conveniente que el vehículo quede con al menos medio tanque de combustible. Además, cuanto más lleno esté, es más leve el efecto de evaporación. Lo ideal es llenar unos tres cuartos del depósito con un combustible de buena calidad: preservará mejor la mecánica para cuando se vuelva a poner en marcha.

Líquidos: cómo comprobar que sus niveles estén en las medidas correctas

Debemos revisar que todos los niveles estén en su medida correcta, para chequearlos con el mismo parámetro cuando se vuelva a poner en marcha el vehículo. Si el nivel de aceite está por debajo de lo normal, se recomienda recargarlo. Lo mismo con el líquido anticongelante del radiador. Y también es bueno vaciar el recipiente que contiene el líquido para el limpiaparabrisas, para evitar que se pudra en el circuito.

Ventanas: cómo evitar olores desagradables, y que los burletes no se sequen

Si el coche se queda aparcado y a resguardado en un garaje o un lugar seguro y cubierto, es preferible dejar las ventanas algo abiertas. Esto ayuda a que los burletes de goma no se sequen y se adhieran al vidrio en la parte superior. Además, es clave para evitar posteriores olores desagradables o humedad, que siempre son difíciles de eliminar.

Carrocería: cómo evitar la corrosión

Si los vehículos ‘duermen’ en la calle, hay evitar la corrosión de la carrocería. Lo más conveniente es protegerlo al máximo, con una funda, pero cuidado: es imprescindible que antes de cubrirlo esté totalmente limpio para que no se raye la pintura.

Coches eléctricos: cómo mantener activa la pila

Es suficiente una recarga de unos 10 minutos para mantener activa la pila. Podemos moverlo hacia delante o hacia atrás, y siempre en lugares ventilados. Otro consejo válido es utilizar un mantenedor de batería. Su misión es mantener una pila que ya tenga algo de carga. Aunque en algunos casos pueden ejercer de cargadores lentos. En el caso de un vehículo eléctrico, no es necesario mantenerlo enchufado todo el tiempo ni tampoco tenerlo al 100%. Para activar el sistema lo ideal es encender el climatizador. Los nuevos vehículos electrificados tienen un sistema de gestión con el que mantienen la batería en el punto óptimo de carga. En caso de no disponer de este sistema, lo recomendable es utilizar la descarga lenta.

Para volver a la actividad: cómo abandonar el estado de ‘hibernación’ del vehículo

Tras el largo periodo de inmovilización, quienes ya se encuentren en la fase 1 poseen más flexibilidad para utilizar sus vehículos. Aquellos que cojan el coche necesitarán realizar los pasos inversos a los detallados anteriormente. Para empezar, deben conectar la batería y verificar su estado de carga (si es que llegaron a desconectar los bornes). Además, deben comprobar la presión correcta de los neumáticos. También habrá que revisar el nivel de líquidos (aceite, refrigerante, freno y dirección), verificar que no haya ninguna fuga que haya podido dejar marcas en el suelo y controlar el tacto y el funcionamiento de los frenos (pedal y palanca).

Finalmente, se debe arrancar el motor y mantenerlo al ralentí unos pocos minutos, mientras se verifican los testigos de la instrumentación y que las funciones del coche (luces, intermitentes, sistemas electrónicos…) funcionen correctamente. Esta comprobación siempre, por supuesto, debe efectuarse en espacios abiertos que impidan la acumulación de gases contaminantes procedentes del motor.

Desinfección del coche: cómo realizarla correctamente

Si vuelves a coger el coche, es indispensable su desinfección. Hay que evitar productos como la lejía (es muy agresiva incluso en bajas concentraciones y dañará los materiales del interior del coche). También evita productos de limpieza domésticos que contengan amoniaco. Lo ideal es limpiar el interior del coche con un producto específico, y si no dispones de él, con algo tan simple como agua con jabón. Puedes usar productos que contengan alcohol, especialmente a la hora de desinfectar tiradores o superficies robustas.

Tendrás que ser muy cuidadoso en el lavado y desinfección de manos, volante, palancas y manijas. Es recomendable emplear toallitas desechables si dispones de ellas, o varios trapos de microfibra, si no es el caso. Por supuesto, mientras estás desinfectando el coche, debes utilizar unos guantes de látex. La mascarilla es recomendable, aunque no imprescindible.