«Los módulos formativos presenciales contaban nada menos que con la aprobación unánime del Consejo Superior de Tráfico, que aglutina a los organismos y entidades más implicados en la seguridad vial, pero hubo un informe no vinculante de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), que desanimó a la DGT. El informe decía que, si bien es una buena idea la implantación de tales módulos, no veía por qué debían cursarse antes del examen teórico. Pues bien, la Confederación no se opone a que se impartan una vez aprobado el examen, si eso salva el programa.


»Pido a las autoridades que sean valientes y no tiren la toalla. Esa formación es necesaria para que la siniestralidad vial descienda. Estamos hablando de vidas humanas. Todo el mundo sabe que hay que ponerse el cinturón de seguridad, que las distracciones al volante son peligrosas, que el alcohol y las drogas son incompatibles con la conducción. La gente conoce las normas, pero algunas personas no las cumplen; por eso son imprescindibles la concienciación y la sensibilización viales.


»La sensibilización vial requiere la clase presencial. ¿Se puede hacer a través de Internet? No del todo, según indican los estudios científicos. Insisto: se trata de salvar vidas. Si podemos aspirar al 10, no nos conformemos con un 2.


»Las autoescuelas digitales no existen. Eso por un lado; por otro, el 92% de las autoescuelas de nuestro país llevamos muchos años digitalizadas, como reveló un informe de la OCU de 2015. Nos están intentando colocar el sambenito de que estamos anticuados. He tenido la oportunidad de comprobar el método de enseñanza de las mal llamadas autoescuelas digitales y resulta que consiste en un libro digitalizado y un programa de test. Esto lo tenemos las autoescuelas desde hace 20 años. Me da rabia que venga una plataforma con una fórmula de negocio pretendidamente novedosa y que su principal baza comercial consista en desprestigiar el quehacer de las autoescuelas.


»Nosotros somos partidarios de un sistema mixto, que utilice las herramientas digitales y la enseñanza online, pero que sirva también para la sensibilización de los aspirantes a conductores. Está demostrado que la concentración y la atención disminuyen cuando se trata de mirar a través de una pantalla; para que no decaigan, tiene que haber interacción, y, puesto que estamos hablando de un tema tan serio como la seguridad vial, hemos de utilizar todos los recursos para que los conductores asimilen e interioricen los comportamientos seguros al volante. Los modelos económicos no tienen la última palabra cuando se trata de salvar vidas humanas.


Lorca también se refirió a la situación del sector. «Como no hay suficientes examinadores, las autoescuelas o no tenemos fecha para que se examinen nuestros alumnos o, cuando la tenemos, no nos permiten llevar a la prueba de circulación más que a unos pocos aspirantes a conductores. Eso tiene consecuencias negativas para el aprendizaje».