Un profesor evita in extremis la agresión a una examinadora en Málaga

Un profesor evita in extremis la agresión a una examinadora en Málaga

Los hechos ocurrieron hace aproximadamente un mes. A los pocos minutos de empezar la prueba de circulación, el aspirante a conductor (un joven de 18 años) quiso efectuar una maniobra sin percatarse de que otro vehículo se lo impedía.

A fin de evitar la colisión, el profesor intervino. La situación fue tan apurada que los dos automóviles quedaron cruzados. La falta cometida por el aspirante entrañaba la descalificación inmediata, el suspenso. En palabras del profesor, Bartolomé Florido, (que ha accedido a reconstruir el incidente para la web de CNAE) “se trataba de un suspenso inapelable, de libro”.
 
La examinadora ordenó interrumpir la prueba y se lo comunicó al aspirante con un tono correcto, incluso amable, y dándole toda clase de explicaciones. “La examinadora es una persona muy educada y trata a los alumnos con cariño; no hizo ni dijo nada que pudiese ni por lo más remoto desencadenar lo que vino después”, afirma Florido.
 
A partir de aquí los acontecimientos cobraron otra dimensión. “Él pareció al principio encajar bien el resultado, eso sí insistiendo en que no había sido culpa suya, pero de pronto se quitó la sudadera, empezó a hiperventilar, salió del coche y se abalanzó sobre la puerta del asiento trasero que ocupaba la examinadora, la cual abrió profiriendo insultos. Sin pensarlo, me lancé tras él y logré impedir que consumara la agresión. Forcejeamos un buen rato alejándonos del coche. Él se zafó y corrió de nuevo hacia el vehículo. Conseguí sujetarlo de nuevo."
 
"Entonces amagó con pegarme un puñetazo, porque yo era la barrera, el obstáculo que se interponía entre él y la examinadora, pero tengo algunas nociones de defensa personal, y al final pareció comprender que no iba a salirse con la suya, por lo que empezó a dar patadas a los coches, al de mi autoescuela y también a otros que había por allí. Estaba completamente fuera de sí, enajenado."

"Cómo sería la cosa que le propinó un puntapié al retrovisor del vehículo de un taller próximo y lo arrancó de cuajo. Como los curiosos comenzaban a arremolinarse y el dueño del taller salía indignado, acabó por irse, pero sin dejar de amenazar y de golpear a los coches aparcados con los que se tropezaba”.
 
“Uno había vivido situaciones tensas, pero como ésta ninguna, y llevo desde el año 2004 dando clases de conducir. El joven tuvo una reacción explosiva, fulminante. Podía haberle hecho mucho daño a la examinadora, la cual en ningún momento perdió la calma, pese a que estaba claro que iba a por ella; al revés, trató con buenas palabras de que el joven se tranquilizase.”
 
“Yo le había dado algunas clases; no muchas porque él se consideraba suficientemente preparado, aunque yo le había advertido de que no era así, pero jamás sospeché que podía reaccionar de un modo tan violento, si suspendía.”
 
La funcionaria, que siguió examinando, puso en conocimiento de los responsables de la jefatura provincial de Tráfico lo sucedido.
 
Bartolomé (“Tolo” para los amigos) opina que no se pueden pasar por alto semejantes comportamientos: "Ese mismo día, por la tarde, localizamos al alumno y le comunicamos su expulsión de la autoescuela. Hoy es la examinadora; mañana puede ser su novia o cualquier otra persona”.