Las autoescuelas, alarmadas por el caos en los exámenes del carné de conducir

Las autoescuelas, alarmadas por el caos en los exámenes del carné de conducir


La Confederación Nacional de Autoescuelas (CNAE) exige a la Dirección General de Tráfico que ponga remedio urgentemente a la escasez de examinadores.


CNAE alerta sobre la situación de precariedad inadmisible que afecta a los exámenes de circulación en al menos 16 jefaturas de tráfico españolas. 


Alicante, Barcelona, Baleares, Burgos, Cáceres, Cantabria, Castellón, Ciudad Real, Guipúzcoa, Gerona, La Rioja, Las Palmas, Lérida, Tarragona, Toledo (punto de examen de Quintanar de la Orden), Valencia y Zaragoza son las provincias principalmente afectadas, algunas de las cuales vienen padeciendo desde hace dos o tres años una cadencia anormal en las pruebas de circulación. En ellas, cada autoescuela ha de esperar alrededor de un mes, e incluso hasta dos, para llevar al examen a sus alumnos.


CNAE también señala la grave discriminación que entraña el hecho de que, abonando todos los ciudadanos del país la misma tasa de examen -90,30 euros-, unos dispongan del servicio en un plazo razonable y otros no. Pero hay más efectos perniciosos: normalmente, las jefaturas donde hay escasez de examinadores no pueden ofrecer a los aspirantes a conductores ni a las escuelas que los preparan más que una fecha provisional para la prueba de circulación. Lo habitual es que se adelante o se atrase. En el primer caso, el alumno va peor preparado; en el segundo, también, porque deja de recibir clases hasta que se aproxima el día del examen.

Como consecuencia de esta anómala e intolerable situación, el número de pruebas con resultado final de NO APTO está creciendo en las jefaturas con problemas.

Los centros de Formación Vial de algunas provincias han acordado provisionalmente presentar menos alumnos, a cambio de que la fecha de la prueba sea inamovible. Es un sacrificio enorme que no se les puede exigir por más tiempo, pues pone en peligro la viabilidad de las empresas.


Por todo ello, es necesario que la Administración haga algo y lo haga ya. Los ciudadanos y las autoescuelas merecen un servicio de exámenes de Tráfico digno del siglo XXI.