UE: desciende la mortalidad vial, pero no lo bastante

UE: desciende la mortalidad vial, pero no lo bastante




Alrededor de 22.800 personas perecieron en accidentes de tráfico el año pasado en las vías abiertas al tráfico de la Unión Europea, lo que supone una disminución del 2% con respecto a 2018. La media de fallecidos por millón se sitúa en 51. 

Sin embargo, el descenso desde el año 2010 apenas rebasa el 23%, cuando el objetivo de la Unión Europea para el decenio 2011-2020 lo fijaba en el 50%. Así, y pese al efecto de la COVID-19, que se hará sentir este año, no queda tiempo material para cumplir el mencionado objetivo, lo cual era clave para lograr la ausencia completa de muertos y heridos graves en las carreteras de la UE hacia 2050.
 
La evolución en el seno de los 28 (todavía cuenta el Reino Unido) ha sido muy dispar. Holanda y Gran Bretaña tuvieron en 2019 más muertos que en 2010, pese a ser dos países que continúan a la cabeza en materia de seguridad vial. Por el contrario, los Países BálticosGrecia Portugal lograron disminuciones espectaculares. España es una de las naciones en las que la reducción se situó por encima del 30% en el periodo considerado.

Pese a que el objetivo para el decenio no se alcanzará, Adina Valean, comisaria de Transportes, opta por el optimismo y renueva el reto: “Aspiramos a un 50% menos de muertes y un 50% menos de lesiones graves para 2030. La Unión ha experimentado una disminución sustancial en el número de víctimas mortales en accidentes de tráfico en el pasado, aunque las cifras se han estancado en los últimos años. Además, las disparidades entre países siguen siendo enormes”.

A este respecto, los 22 muertos por millón de habitantes en Suecia y los 96 de Rumanía representan el alfa y el omega dentro la UE. España, con 38, ocupa el séptimo lugar entre los países de la UE con una tasa menor, por detrás de la citada Suecia, Irlanda, el Reino Unido, DinamarcaMalta y Luxemburgo.
 
Por su parte, Antonio Avenoso, el director ejecutivo del ETSC (European Transport Security Council o Consejo Europeo para la Seguridad en el Transporte), considera que, si bien la evolución en los últimos nueve años ha sido decepcionante desde el punto de la seguridad vial, merece la pena destacar el esfuerzo exitoso de Grecia, Portugal y los Países Bálticos (de hecho, el último premio anual que concede esta entidad a la que pertenece CNAE ha sido precisamente para Estonia).

Según Avenoso, la pandemia que aún sufrimos, nos indica indirectamente el camino a seguir: “un menor y más racional uso del vehículo privado en las ciudades, combinado con cambios en las infraestructuras y reducciones en los límites de velocidad podría traducirse en una bajada drástica de la accidentalidad vial grave. En cambio, si nuestra mentalidad consiste en volver al estado de cosas de antes de la crisis del coronavirus, los resultados no serán mejores; incluso empeorarán”.