«Es absurdo que se exija formación para conducir una moto náutica, pero no para conducir un patinete eléctrico»

«Es absurdo que se exija formación para conducir una moto náutica, pero no para conducir un patinete eléctrico»

 

Pronunció esta frase el presidente de la Confederación Nacional de Autoescuelas, Enrique Lorca, en el transcurso de la mesa «Movilidades alternativas y seguridad vial», celebrada ayer en Narón, en el seno del III Congreso Galego de Seguridade e Educación Viaria, organizado por el ayuntamiento de esta localidad coruñesa.

 

La exposición corrió por cuenta de la subdirectora general de Formación y Educación Vial, de la DGT, María José Aparicio. Intervinieron en el coloquio posterior: Ignacio Lijarcio, del INTRAS; Concepción Blocona, de la ONCE; Jeanne Picard, de Stop Accidentes y Enrique Lorca, de CNAE. Actuó como moderador Alfonso de Prado, secretario general del consistorio de Narón. 

Enrique Lorca. «Hay personas detrás de los números que contabilizan los siniestros viales y la mortalidad; hay mucho sufrimiento y un coste social y económico enorme. Si un conductor de bicicleta o de VMP debe tener un mínimo conocimiento de las normas, ¿no sería lógico que, antes de ponerse al mando de un VMP; dedicase una mañana o una tarde (tres o cuatro horas) a adquirirlo y, sobre todo, a tomar conciencia de los riesgos? Se exige formación para pilotar una moto náutica en una extensión de mar casi vacía, pero no para circular por esa especie de selva que son las vías abiertas al tráfico, donde la interacción es máxima. Qué incongruencia».

María José Aparicio
: «La movilidad alternativa libera espacio y hace que disminuya el ruido. El inconveniente: las personas que caminan o utilizan los VMP y las bicicletas se vuelven vulnerables. Tenemos un déficit de formación entre los usuarios de los diferentes tipos de vehículos. Modificaremos en breve el reglamento general de circulación para mejorar la protección de los vulnerables. Habrá un capítulo específico sobre movilidad urbana. Soy partidaria de fijar una edad mínima para los VMP porque son vehículos a motor. Quiero el casco todo el tiempo y en todo lugar y el seguro obligatorio». 

Ignacio Lijarcio. «La movilidad alternativa ha llegado para quedarse, pero será perjudicial si no hacemos nada. Estamos en la teoría de las tres «eses»: queremos una movilidad sostenible, saludable y segura. Que no se quede la tercera fuera. A ver si por aspirar a la movilidad sostenible y saludable deja ésta de ser segura».

Jeanne Picard. «Apuesto por los peatones; me bastan mis pies para andar. Estoy en contra de toda esa tecnología que nos ha invadido. Los VMP han desatado el caos en las ciudades. Soy pesimista. Los peatones no éramos perfectos cruzando la calle, pero ahora nos han complicado mucho la vida». 

Enrique Lorca. «La movilidad alternativa contribuye a la creación de un entorno más amable, pero, como ha dicho Ignacio, la seguridad es lo primero. La formación debería ser obligatoria, pero las autoridades no acaban de atreverse».

Concepción Blocona. «La movilidad alternativa está causando muchos problemas a las personas con discapacidad o con capacidades diferentes. Hay un ejército de personas vulnerables: niños, mayores, peatones despistados, personas que ven mal o no ven en absoluto… En este país tenemos mucha normativa, pero demasiadas veces no se cumple». 

Ignacio Lijarcio. «La educación vial debería ser continua y en su mayor parte, fuera del centro educativo, en los contextos laborales (con ayuda de las autoescuelas, por ejemplo) o en los centros de salud y de mayores… Conducimos con prisa, con estrés, conducimos enfadados o contentos. Y se nos ha olvidado esperar. Queremos ir de prisa, pero también pacificar el tráfico sin calmar a las personas. Es una disonancia cognitiva. Son los ciudadanos los que hacen la ciudad». 

Jeanne Picard. «Hay que controlar y vigilar porque la educación es lenta. El radar ha reducido la siniestralidad vial; me hace gracia que digan que las multas sólo sirven para recaudar; la multa recauda vidas, no dinero. Pero los VMP operan en las ciudades e invaden las aceras. ¿Quién los controla?»