Operación retorno: ojo con la ansiedad y el estrés posvacacional

Operación retorno: ojo con la ansiedad y el estrés posvacacional
CNAE te da unos consejos para que tu regreso y el de los tuyos por carretera sea menos incómodo y más seguro.
Se repite una de las grandes operaciones retorno de vacaciones, la de finales del mes de agosto.

Como en otras ocasiones, CNAE recalca que debemos dar mucha más importancia al factor humano frente al factor vía y vehículo ya que es responsable directo del 70-90% de los accidentes de tráfico. No olvidemos que conducir es una toma constante de decisiones y quien toma esas decisiones, en función de su formación y de su información, es el conductor.

Además, en el regreso de vacaciones, los conductores pueden ser más vulnerables a los estado de ansiedad y de estrés posvacacional. Un conductor bajo los efectos del estrés ve incrementada su agresividad, la competitividad y la hostilidad hacia los demás usuarios.

El comportamiento se vuelve más imprudente y temerario (aumentan las conductas de riesgo y se infringen más normas)

Las decisiones se toman de manera lenta e imprecisa y aumenta la probabilidad de distracciones (que causan cuatro de cada 10 accidentes).

La fatiga aumenta exponencialmente…y esto también tiene un efecto negativo en el conductor porque:
  • Altera las sensaciones y percepciones durante la conducción,
  • Altera los movimientos del conductor (más correcciones al cometer más errores)
  • Disminuye la atención al entorno (dejamos de ver la información relevante a tiempo o la vemos demasiado tarde)

CNAE recomienda, para evitar la aparición de estos síntomas durante la conducción que:
  • Evitemos conducir en la fase de agotamiento del estrés (son tres las fases: alarma (cuando se percibe), resistencia (cuando nos acostumbramos a esta situación) y agotamiento (cuando el organismo ya no soporta las exigencias al no poder realizar las tareas con eficacia). Tenemos demasiada carga de trabajo.
  • No nos automediquemos.
  • No conduzcamos en la horas de máximo calor (el calor aumenta la sensación de fatiga y estrés).
  • Hagamos más descansos y más largos (no más de 200 kilómetros del tirón y con pausas de, al menos, 20 minutos)
  • Aumentemos la distancia de seguridad, al menos 3 segundos.
  • No tomar alcohol, en absoluto, para contrarrestar ni la fatiga ni el estrés.
  • Controlar la medicación que estemos tomando por prescripción médica, ya que quizá sea contraproducente para mantener la atención adecuada al volante; en este caso, no debemos conducir; dejemos que el vehículo lo lleve otra persona.
  • Al menor síntoma de fatiga o estrés, hagamos una pausa en la conducción (el vehículo, a partir de ese punto, se utiliza como válvula de escape de la situación de estrés, por lo que está totalmente desaconsejado conducir). De no ser así, iremos incurriendo, sin casi darnos cuenta, en conductas temerarias y negligentes.