CNAE insiste: la enseñanza obligatoria de la conducción es crucial para atajar la mortalidad vial

CNAE insiste: la enseñanza obligatoria de la conducción es crucial para atajar la mortalidad vial

En 2017 perecieron en las carreteras españolas 1.200 personas, 39 más que en el año precedente. La Confederación Nacional de Autoescuelas (CNAE) atribuye la subida por segundo año consecutivo del número de muertos por accidente de tráfico a una combinación de factores, entre los que podemos citar:

 
  • El deterioro del parque automovilístico, uno de los más viejos de Europa.
 
  • ­­El lamentable estado de las vías públicas (cuyos niveles de mantenimiento nos retrotrae a los años 80).
 
  • El escaso nivel de vigilancia en las carreteras. Un ejemplo: contamos con un radar de velocidad por cada 36.000 habitantes, cuando la media europea es de uno por cada 6.000. Otro: los medios para controlar el consumo de drogas ligado a la conducción son claramente insuficientes.


Cambio de modelo

No obstante, CNAE cree que, al ser el factor humano el decisivo en lo que respecta a la siniestralidad vial, es de importancia estratégica un cambio de modelo en la enseñanza de la conducción. Lo explica su presidente, José Miguel Báez: «Proponemos, entre otras cosas, implantar un ciclo formativo mínimo obligatorio de clases teóricas (presenciales) y prácticas y que sea el profesor de Formación Vial el que decida si el alumno está o no suficientemente preparado para afrontar los exámenes de conducir».
 

«A nuestro juicio se impone una reforma de dichos exámenes, a fin de lograr que las pruebas sirvan para aquilatar de verdad el grado de preparación de los aspirantes a conductores.»

 
«Necesitamos también que haya una formación continua de los conductores veteranos y un mayor nivel de exigencia en las evaluaciones psicofísicas, con motivo de la renovación de los permisos. Todas estas medidas contribuirían sin duda a una disminución drástica de la siniestralidad vial grave», concluye Báez.