Algunos consejos que te harán más llevadero el conducir en estas fechas

Querido conductor: pese al calentamiento climático, el invierno es el invierno, y no conviene descuidarse, aunque el parte meteorológico nos haga frotarnos los ojos un día sí y otro también. La niebla, la lluvia, la nieve y el hielo suelen ser nuestros incómodos huéspedes en esta época del año. Unas pequeñas recomendaciones no te vendrán mal. 

ILUMINACIÓN
 
Es recomendable utilizar las luces de posición y cruce durante el día para que nos vean mucho mejor.
 
Si llueve, con las primeras gotas enciende las luces de posición y cruce.
 
Con niebla, lleva encendidas las luces de posición y cruce, siendo recomendable también el uso del antiniebla delantero.
 
Si la niebla o la lluvia son muy intensas, o la nevada es muy fuerte, enciende, así mismo, el antiniebla trasero.
 
Hay que utilizar siempre los intermitentes, por muy clara que esté la maniobra que vamos a hacer; cuanta más información tengan los usuarios y vehículos de alrededor, más segura es la conducción.
 
HABITÁCULO
 
Al montar en el vehículo es conveniente bajar las ventanillas hasta que la calefacción nos ayude a desempañar los cristales.
 
El aire acondicionado también desempaña los cristales y se puede utilizar hasta que salga aire caliente por los aireadores.
 
Evita subirte al vehículo con el abrigo o el “plumas” puesto; esas prendas restan eficacia al cinturón de seguridad.
 
No lleves el respaldo demasiado inclinado hacia atrás, ya que ha de estar en contacto con toda tu espalda. Y, por favor, el “apoyacabezas”, a la altura de la parte más alta de la cabeza y muy cerca de ella.
 
El líquido del lavaparabrisas debe llevar anticongelante, para evitar precisamente que se congele.
 
VELOCIDAD
 
Si el suelo está húmedo, reduce la velocidad un 10%, aunque en ese momento no llueva ni percibas hielo en la calzada.
 
Si te ves obligado a iniciar la marcha sobre hielo o nieve recuerda utilizar una marcha larga, generalmente la segunda velocidad, y sin acelerar (o muy poco para evitar que se cale el motor).
 
La velocidad máxima si circulas en un furgón o furgoneta es de 90 km/h y no de 120 km/h.
 
La señal de entrada a poblado, donde aparece el nombre de la localidad, implica una limitación de velocidad máxima de 50 km/h.
 
Si llueve o hay niebla, reduce la velocidad un 25% y si hay hielo, tu distancia de frenado se alarga hasta 10 veces más; en este caso lo mejor es no conducir.
 
 
MANTENIMIENTO
 
Comprueba el nivel y el índice de congelación del líquido refrigerante del motor. No abras el tapón con el motor caliente.
 
El nivel de aceite debe estar siempre entre el mínimo y el máximo. Compruébalo con el motor parado, en frío y en terreno horizontal.
 
Revisa la presión de tus neumáticos cada 15 días y, además, recuerda que la profundidad mínima de las ranuras es 1,6 mm, aunque por debajo de 2,0 mm pierden mucho agarre.
 
Comprueba el estado de las escobillas del limpiaparabrisas; si no lo haces, puedes encontrarte con una sorpresa desagradable un día de lluvia.
 
Revisa todo el alumbrado del vehículo y constata que funciona correctamente. La luz de cruce debe estar reglada lo más alta posible, pero sin deslumbrar.
 
CONDUCCIÓN EFICIENTE
 
No pises el acelerador en el momento del arranque e inicia la marcha pasados unos segundos.
 
Utiliza siempre marchas largas; no revoluciones en exceso el motor; si no necesitas potencia en ese momento, estás malgastando muchísimo combustible.
 
Salta de marcha en sentido ascendente (por ejemplo, de tercera a quinta), si las condiciones de la vía, la carga del vehículo, etc., te lo permiten. Al reducir también puedes saltar de marcha, pero procura no revolucionar en exceso el motor.
 
Si no aceleras en las pendientes descendentes, el consumo será completamente nulo.
 
Para el motor del vehículo en detenciones de más de un minuto, aproximadamente, y no utilices más elementos eléctricos del vehículo que los imprescindibles, ya que elevan el consumo de carburante.
 

Ah, y si vas a conducir, no bebas alcohol ni ingieras drogas.